“Silencios de la urbe” es un proyecto que se relaciona de forma muy directa con otros realizados con anterioridad como son “Urbanitas”, “Nómadas”, “Anónimos de ciudad”, “Vida urbana”, “Instantes efímeros”, etc., dónde se pone una especial atención a la relación y el conflicto entre la persona y la ciudad. Muchas de las escenas parecen estar desiertas, y en otras, a pesar de estar llenas de gente, parecen estar sorprendentemente silenciosas.
Los personajes, siempre presentes, y siempre nómadas, empequeñecidos y anónimos, son engullidos por el enjambre estructural y lumínico de las escenografías. Sus personajes siempre están ahí, bien paseando, en el interior de un comercio, en el coche, y muestran una cierta nostalgia que quedará perfectamente reflejada en otros proyectos donde se extrapolarán los transeúntes de la urbe para ser analizados como seres individualizados.
Pero en esta ocasión, aunque mi atención va a estar centrada, especialmente, en la relación y el conflicto entre la ciudad y el ser humano, por medio de la interacción de ambas facetas temáticas, los planteamientos son más realistas. En esta ocasión los colores no reducen a la abstracción el paisaje urbano, por lo que encontramos el estudio del paisaje urbano configurado por la conglomeración arquitectónica. A pesar de la agitada vida de algunas de las ciudades aquí representadas, sus gentes y sus acciones parecen minúsculas -casi ignoradas dentro de la escenografía-, rodeadas por un halo de silencio y paralizadas por la fugacidad del tiempo. Pero la esencia a las ciudades, el verdadero sentido de ellas es el bullicio de las personas que andan por sus calles, que pasean con sus vehículos y llenan sus vías con su anónima presencia, generando a la vez la sensación de encontrarnos solos y rodeados de un inmenso silencio que invade la urbe.
Exposición:
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